Las expectativas de los xeneizes estaban puestas en, por un lado, la clasificación a cuartos de final y, por el otro, el rendimiento del delantero Edinson Cavani, quien tras su paso por Danubio, Palermo, París Saint-Germain, Manchester United y Valencia, recaló en Boca para iniciar el tramo final de su fructífera carrera, que cuenta 25 títulos. El primero se cumplió con la ajustada victoria en los penales (4 a 2) tras empatar 2 a 2 sobre Nacional en La Bombonera -su rival lo conocerá este jueves cuando se defina la llave entre Racing y Atlético Nacional (4 a 2 en la ida a favor de los de Medellín); el segundo estuvo lejos, porque Cavani no pudo demostrar su jerarquía.
Los hinchas de Boca recibieron al experimentado uruguayo con honores y merecido cariño, y le hicieron saber cuáles eran las prioridades y el anhelo: "Traer la Copa a la Argentina". Ahora, si bien es imposible saber cuánto tiempo le tomó al crack uruguayo conocer y convencerse de lo que significa el "Mundo Boca", le bastaron quizás los primeros quince minutos para darse cuenta que este Boca es apenas un bosquejo de la imagen que acaso le pintaron.
Almirón apostó a un 4-4-2 con Merentiel y Cavani como arietes. Unas buenas conexiones con Barco y no mucho más del crack uruguayo en la primera parte. Es que justo después de que Boca abriera el marcador con un cabezazo de Merentiel a los 11 minutos, Nacional le ahogó la fiesta a los 15 con una contra de Báez y centro para que Trezza cabeceara frontal para el 1 a 1, ganándole la posición a Fabra.
Boca acusó el golpe y ya no fue el mismo del inicio. Nacional se volvió peligroso y lo dominó. Zabala se perdió el segundo tras una carrera de contra sin oposición que lo dejó mano a mano con Romero; el remate cruzado, apenas desviado, cortó la respiración en La Bombonera. El tedio, la impotencia xeneize, encontró un quiebre a los 45 con un buen remate de media distancia de Barco que se fue apenas por arriba.
Fuente: Página 12