Las últimas semanas que pasaron no fueron buenas en cuenta a los indicadores económicos.Esta semana se conocieron los datos de la actividad económica, que sufrió una caída del 3,7% en septiembre en relación a igual mes del año pasado, pero también cayó un 0,8% en relación al mes anterior y acumula una caída del 2,4% en lo que va del año. Estos datos, además de ser preocupante por lo que han generado social y económicamente, muestran que la recesión continuó en el tercer trimestre y los brotes verdes que esperaba observar el gobierno se hacen esperar.
En el canal internacional, se registró un déficit comercial de USD114 millones para el mes de octubre 2016, contra un superávit de USD101 millones en igual mes del año anterior.
El consumo en supermercados también está experimientando mínimos históricos y eso ya empieza a preocupar al sector de ventas masivas.
Este escenario tiene un correlato en la ciudadanía en general y los empresarios en particular. Por ello el comportamiento de ambos se vuelve precautorio y el consumo y la inversión se dilatan más aún.
El resumen de esto se observa en la caída del Índice de Confianza al Consumidor que elabora la Universidad Di Tella que registró una caída del 27,2% en su último informe. Prueba de que la esperanza de un repunte de la economía se hace cada vez menos factible con este programa económico que no parece claro y no permite coordinar expectativas hacia delante.
Creo que es hora de establecer los pilares del modelo económico que intenta seguir el gobierno y dar certezas de su cumplimiento antes que entremos en tiempo de descuento electoral y no haya margen para revertir las expectativas.