El estudioso afirma que la sociedad está "despertando a la realidad" de los viajes en el tiempo, cuya viabilidad habría sido mantenida en secreto por la Inteligencia estadounidense desde que obtuvo la tecnología de manos del Papado de Roma.
Según Webre, el Vaticano habría desarrollado en tiempos de la Segunda Guerra Mundial un aparato llamado "cronovisor" que, si bien no podía trasladar físicamente a nadie a través del tiempo, sí mostraba en un tipo de pantalla los acontecimientos que sucedieron en el pasado o transcurrirán en el futuro gracias a un principio físico secreto denominado "acceso cuántico".
Años después, fue puesto a disposición de EE.UU.: "lo que hizo el Vaticano fue subcontratar la tecnología y entregarla al Pentágono y a la CIA a finales de los años sesenta", asegura Webre.
Una vez adquirido el 'cronovisor', la DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de EE.UU.) lo desarrolló aún más en el marco del secreto Proyecto Pegaso. La CIA inmediatamente vio el potencial de este artefacto para sus fines políticos: el aparato revelaba los futuros presidentes de EE.UU. y esos organismos podían aprovechar la información para "prepararlos para el trabajo".
La Inteligencia estadounidense decidió utilizar esta tecnología no para el beneficio social, sino para garantizar que los mandatarios "representaran al imperio estadounidense" sin importar que estuvieran "en la izquierda o derecha" del arco político, afirma el futurólogo.