En Suiza en la granja lechera de la familia de Sibylle Zwygart, hace tres años paria una vaca con la particularidad de que dos de los terneros eran hembras y estériles, y el tercero un toro, pero ninguno le era d utilidad para el negocio. El padre de Sibylle planeaba venderlos al matadero, pero logró convencerlo para que se quedaran. La única condición fue que buscara la manera de mantenerlos, es decir, de alimentarlos y mantenerlos limpio.
Tan pronto como tuvieron la edad suficiente los terneros, Sibylle los puso a “trabajar”. En primer lugar, decidió hacer realidad uno de sus sueños de la infancia, por lo que abrió un parque de aventuras de ganado temático para niños, donde los niños pueden aprender acerca de las vacas, así como a interactuar con ellas. “Muchos niños hoy en día ni siquiera saben de dónde viene la leche, y algunos nunca han experimentado la vida del campo,” dijo Zwygart. “Esto también se trata de conseguir que los niños se relacionen con la agricultura de nuevo.”
Pronto comenzó a buscar patrocinadores, amantes de los animales que estuvieran dispuestos a arrimar el hombro con 5 francos suizos al mes, para cubrir los costos de criarlas, a cambio de sesiones de mimos de vaca.
La joven de 25 años, tuvo la idea de la terapia de abrazar vacas luego de leer que la técnica se utilizaba en los Países Bajos para ayudar a la gente a ralentizar su estilo de vida agitado, y a relajarse. Pensó que Svea, Sven y Svenja eran perfectos para el “trabajo” y desde el año pasado, Zwygart ha estado organizando sesiones de abrazos de vaca en la granja de su familia en Tenniken.
“Las vacas son especialmente adecuadas para abrazar, porque les gusta el contacto corporal, y son animales tranquilos. Debido a su naturaleza pacífica, también ayudan a las personas que se acercan a ellas a relajarse.”
Una sesión de mimos vaca comienza con una breve introducción teórica, donde los visitantes aprenden sobre los animales. A continuación, van conociendo mejor a los animales y ganando su confianza con palmaditas y limpieza. Una vez que la confianza mutua entre la vaca y la persona se ha formado, es hora de la parte más agradable, los abrazos. Las sesiones completas duran aproximadamente dos horas.
Los abrazos de vaca en la finca Gisiberg están disponibles para todos, incluso los niños de más de siete años. Cada sesión cuesta 50 francos (USD 50), que no es mucho para los estándares suizos, pero Sibylle dice sólo tuvo 10 clientes en el último año.
“Por desgracia no mucha gente en Suiza sabe de mis sesiones de mimos de vaca,” dijo Zwigart. “Es por eso que no fui capaz de ganar lo suficiente para cubrir el costo de criar las vacas, por lo que mi padre ha tenido que ayudarme.”