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Relaciones internacionales

Argentina y Ecuador al borde de la ruptura diplomática por la fuga de una exministra

Aliada política y miembro clave del gobierno de Rafael Correa, María de los Ángeles Duarte estaba refugiada en la embajada argentina en Quito y se escapó a Venezuela causando una daño inédito en las relaciones bilaterales entre ambos países.

La inesperada crisis diplomática que protagonizan Argentina y Ecuador inició cuando Cristina Fernández de Kirchner recibe a Rafael Correa en su despacho del Senado. En esa oportunidad, el expresidente de Ecuador -prófugo de la justicia de su país por un caso probado de corrupción- le pidió a la vicepresidenta que Argentina le conceda asilo político a María de los Ángeles Duarte, su exministra de Desarrollo Urbano, cómplice de sus actos ilegales y condenada a ocho años de prisión por cohecho.

CFK convocó a su despacho a Pablo Tettamanti, vicecanciller y su principal alfil en el Palacio San Martín. Tettamanti entendió la instrucción de la vicepresidente -es un funcionario de carrera- y planteó el asunto a Santiago Cafiero. El canciller elevó la exigencia de Cristina a Alberto Fernández, y el presidente concedió el asilo a la exministra Correa.

Esa decisión de la Casa Rosada tensó la relación bilateral entre ambos países: Ecuador alegaba que no correspondía el asilo a Duarte, y la Argentina sostenía exactamente lo contrario. La razón pertenece al presidente Guillermo Lasso: no hay asilo cuando el presunto perseguido es buscado por la justicia en un caso probado de corrupción.

Alberto Fernández replica que ese argumento no es válido porque Correa -sentenciado en la misma causa que Duarte- tiene asilo concedido por Bélgica. Ese dato es cierto, pero Correa recibió el asilo porque su esposa es belga, y no porque se hizo una excepción a la norma que prohibe asilar a reos que escapan de la justicia y de Interpol.

Cuando Duarte estuvo refugiada en la sede diplomática de la Argentina en Quito mantuvo una relación en zigzag con el embajador Gabriel Fucks. Sucede que Fucks -antes de lograr la aprobación de su pliego en el Senado- comentó que era un incordio llegar a una embajada con semejante conflicto político, y Duarte y CFK se enteraron.

Fucks conocía los tironeos respecto al eventual status jurídico de Duarte y pretendía que se fuera de la embajada antes de su llegada a Quito. En ese momento, Correa todavía no había planteado a CFK su interés por beneficiar a Duarte. Lo cierto es que Cristina se enteró de los cuestionamientos de Fucks - y en el marco de su interna palaciega con Alberto Fernández- le congeló el pliego en el Senado durante meses.

Fucks comprendió que había cometido un grave error y pidió disculpas. La vicepresidenta aceptó el descargo y le exigió que cuidara a Duarte. Fucks dijo a todo que sí, y a los pocos días su pliego quedó aprobado en el recinto de la Cámara Alta.

Duarte conocía las peripecias que atravesó Fucks por sus opiniones personales y no le hizo la vida fácil en la embajada. Pero Fucks se había comprometido con Cristina y encima estaban los constantes tironeos diplomáticos entre Alberto Fernández y Lasso.



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