"El líder del régimen chino Xi Jinping acaba de concluir una visita de tres días con el presidente ruso Vladimir Putin, un cálido encuentro en el que los dos hombres se elogiaron mutuamente y hablaron de una profunda amistad. Se trata de un punto culminante en una complicada relación secular en la que ambos países han sido aliados y enemigos, pero también refleja asimetrías de un nuevo tipo de vínculo."
"En los años transcurridos desde la Guerra Fría, cuando Moscú era capital de una de las dos potencias mundiales, el mundo ha cambiado mucho, al igual que las fortunas de ambos países. China es ahora la segunda mayor economía del mundo, mientras que la economía de Rusia estaba estancada mucho antes de su invasión de Ucrania el año pasado. En la actualidad, China se enfrenta a Estados Unidos en una competición estratégica alimentada por un intenso nacionalismo por ambas partes.
Sam Greene, académico británico y especialista en política rusa, la relación sino-rusa ya no tiene nada de simétrica. “El dominio de China sobre Rusia es total”, expresó en un hilo de Twitter en el que repasó varios puntos destacados de la gira de Xi en Moscú.
Como punto de partida, dijo que el plan de paz presentado por China no tiene significancia dado que no avanzará en ninguna de las partes. “Esto es un regalo para Putin, básicamente un permiso de Beijing para seguir luchando”, remarcó. Pero sostuvo que esa fue la única gracia para el Kremlin en la visita del líder chino, más allá de los elogios superficiales y la retórica sobre la alianza de los dos países.
“Putin, por el contrario, fue casi obscenamente generoso, y no sólo con sus elogios”, consideró Greene, director de Resiliencia Democrática en el Centro de Europeo de Análisis de Políticas (CEPA)."