El constituyente chileno Rodrigo Rojas, un rostro simbólico de las protestas sociales de 2019 que se popularizó por su lucha contra el cáncer, reconoció que no tenía esta enfermedad, provocando gran revuelo en el país y poniendo en jaque a su formación política de independientes.
"Quiero decir la verdad porque ya no puedo sostener esto. La enfermedad que yo tengo no es cáncer, es un diagnóstico que no pude reconocer hace ocho años por el estigma de la sociedad", expresó en Twitter Rojas, uno de los ocho vicepresidentes del órgano constituyente.
El activista, de 37 años, se hizo conocido por su presencia en las manifestaciones que comenzaron en 2019, consideradas la antesala del actual proceso constituyente, durante las cuales afirmó en diversas ocasiones que padecía una leucemia linfoblástica mixta.
Con el torso desnudo, exhibiendo catéteres y cicatrices en su cuerpo, Rojas reivindicó desde la "primera línea" de las marchas y durante meses la sanidad chilena, criticada por sus altos costos y privatización.
"No lucho contra el cáncer, lucho para pagar la quimio. Salud digna para Chile", consignaba un cartel con el que fue fotografiado y que lo volvió un rostro reconocido.
Poco después se transformó en uno de los fundadores de la Lista del Pueblo, una agrupación de independientes que irrumpió con fuerza en las constituyentes del pasado mayo (fueron la tercera fuerza más votada) y cuya victoria se interpretó como el rechazo a los partidos tradicionales.
El activista replicó el discurso sobre la enfermedad que supuestamente padecía en varias entrevistas y en internet. Pocos días antes de desmentir su diagnóstico, publicó en Facebook un mensaje que decía: "Gracias infinitas a todos los que me han acompañado en este camino llamado cáncer".
La mentira desató innumerables reproches y críticas feroces del oficialismo, que exigió la salida de Rojas y criticó duramente a la Lista del Pueblo, que lleva semanas sumida en controversias y está al borde de la disolución.
"Lo que ha ocurrido es un daño quizás irremediable a la credibilidad de la Convención (...) Un vicepresidente que durante meses construyó su historia y su campaña disfrazado de una enfermedad que no tiene", señaló la constituyente conservadora Marcela Cubillos.
Fuente: El Tribuno