Será desde las 13 horas cuando, en la Sala IV del Tribunal de Juicio, inicie la audiencia de debate seguida contra el sacerdote Agustín Rosa Torino, quien llega a la instancia judicial acusado por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por la duración y por ser ministro de culto reconocido, en perjuicio de F.F.G. y abuso sexual simple agravado por ser el autor ministro de culto en perjuicio de A.E.A.
En la víspera del juicio InformateSalta dialogó con la fiscal penal de Derechos Humanos Verónica Simesen de Bielke quien indagó en las instancias a las que se llega a esta audiencia de debate y comentando primeramente las penas que podría recibir el sacerdote.
“Las penas previstas para estos hechos tienen un mínimo de 8 y un máximo de 20 años de prisión por cada hecho que se comete”, enumeró agregando que “hay que hacer un concurso de delito porque son hechos independientes y se hace estimación de pena, cuando está terminando la audiencia, en función de todas las pruebas que se vayan produciendo en el debate”.
Algo de lo que se mostró sorprendida es que Rosa Torino llega al juicio sin estar con arresto domiciliario. “Me enteré ayer que está con medidas sustitutivas, que es presentarse en comisarías, cuando lo cita el Tribunal también presentarse, pediré un informe para saber qué cumplimiento dio a esas medidas”, anticipó la fiscal.
Con 45 testigos por declarar en el proceso, iniciando con las 3 víctimas en la primera jornada, Simense espetó que “tenemos 3 denuncias oficiales penales” contra el religioso comentando que “muchos de los testigos del curso de debate fueron víctimas pero son delitos que, si no se quiere denunciar no se puede proceder en la acción penal y no han querido hacerlo, (entonces) van a declarar” como testigos.
Sobre la postura de la Iglesia en medio de la investigación, Simense de Bielke recalcó que “contestó algunos informes sosteniendo que todo estaba en manos de Roma, del comisionado que era el investigador por las irregularidades –por el abuso pero también por manejo de fondos-, antes de ayer recibimos todas las denuncias canónicas por parte del Arzobispado y ya están a disposición del Tribunal”.
Recordando que no hay antecedentes de un juicio a un sacerdote de estas características, el último dato que la fiscal remarcó fue que, al producirse los abusos, dos de las víctimas “eran menores, una era mayor de edad y por eso son distintas las agravantes entre un caso y el otro”, concluyó.