El plebiscito llevado a cabo en Chile durante este domingo reflejó un amplio rechazo a la reforma constitucional impulsada por el presidente Gabriel Boric por segunda vez en poco más de un año.
La Carta Magna de Chile, establecida durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, continuará funcionando del mismo modo tras el segundo rechazo de la población a una reforma. El conflicto tuvo uno de sus puntos más álgidos en 2019, con una ola de protestas en reclamo por la desigualdad creciente en el país.
Pero la reforma encabezada por la izquierda y centrada en derechos sociales, indígenas, ambientales y de género no representó la voluntad popular, por lo que en el plebiscito de septiembre del año pasado recibió un contundente rechazo.
Entonces fue la derecha, comprendida por un amplio sector conservador, el espacio que quedó a cargo de la redacción del texto. Este nuevo documento, con su base en los derechos de propiedad privada y la regulación referida a la inmigración y la seguridad tampoco contentó a los ciudadanos chilenos, que expresaron nuevamente su voluntad en contra a través de las urnas.
Pese a que la reforma constitucional es uno de los grandes objetivos de su mandato, el presidente Boric dio por finalizada la discusión. "La mayoría ha votado en contra del texto constitucional que se le ha propuesto. Quiero ser claro: durante nuestro mandato se cierra el proceso constitucional, las urgencias son otras", aseguró, aunque reconoció luego que "la política ha quedado en deuda con Chile".
Fuente: FiloNews