Samut Prakan, en Tailandia, vivió un día extraño. Funcionarios policiales allanaron un hospital de campaña para enfermos de covid-19 luego de recibir denuncias de que se practicaba sexo grupal, se fumaba y consumía drogas y se organizaban peleas.
Los reportes de lo ocurrido los generó el personal de enfermería que se quejó del comportamiento de los pacientes. Buena parte de los 900 internados rompían las reglas y normas del hospital.
Las imágenes secuestradas mostraron que hombres y mujeres se visitaban a menudo aunque no se pudo comprobar el consumo de drogas. A su vez se decomisaron cigarrillos electrónicos y de tabaco pero no se encontraron estupefacientes ni armas.
El coronel Prathuang Kaewtui, subdirector del Comando de Operaciones de Seguridad Interna de Samut Prakan, comentó que los trabajadores del hospital habían tomado medidas para controlar la situación. Inicialmente separaron hombres y mujeres en distintas zonas y se revisaba a los pacientes, pero no alcanzó.
Finalmente se advirtió a los internados que cualquier otra denuncia provocaría un traslado inmediato. Al mismo tiempo se determinó que cualquier persona que reciba el alta deberá someterse a una prueba de detección de drogas que, de resultar positiva, conllevará acciones legales.