Por mayoría y por unanimidad, la Corte Suprema de Tucumán absolvió a Belén, la joven de 27 años que en 2014 fue condenada a ocho años de prisión por haber tenido un aborto espontáneo en el cual murió su bebé.
El caso de Belén -no se conoce su verdadero nombre- comenzó el 21 de marzo de 2014 cuando llegó a la guardia del hospital Avellaneda de San Miguel de Tucumán con una hemorragia vaginal intensa.
Comenzó a sentir contracciones abdominales cada vez más fuertes y el sangrado no se detenía. Llevaba 20 semanas de embarazo, aunque ella siempre contó que no sabía. En ese momento estaba perdiendo el hijo que ese día se enteró de que existía. Por estos hechos, la Cámara Penal de Tucumán la condenó a ocho años de cárcel por "homicidio doblemente agravado por el vínculo y alevosía".
Otro elemento que colaboró con la condena fue que en un baño del hospital hallaron un feto que los médicos y la Justicia le adjudicaron a Belén. Sin embargo, según denunció la abogada de la joven, Soledad Deza, nunca se realizaron los estudios de ADN que demostraran la relación entre ambos.