"En estas condiciones en 2017 no se van a dispensar medicamentos a PAMI, no creemos que se pueda sostener más esta situación", dijo a ámbito.com María Isabel Reinoso, presidenta de la Confederación Farmacéutica Argentina (CoFa), a la vez que detalló que la deuda actual del Instituto con el sector es de $ 1.700 millones.
Los resultados del encuentro fueron detallados en un comunicado conjunto firmado por CoFa junto a las otras tres entidades: la Federación Argentina de Cámaras de Farmacia (Facaf), la Federación Farmacéutica de la República Argentina y la Asociación de Farmacias Mutuales y Sindicales de la República Argentina. "Nuestras necesidades nuevamente no fueron escuchadas por las autoridades del PAMI, no obteniendo soluciones de fondo a los problemas planteados, recordando que los mismos fueron abordados reiteradamente desde el 10 de diciembre de 2015. Sólo estaría en consideración incorporar a las entidades en una comisión de seguimiento y ver alguna alternativa para disminuir la carga financiera que tiene el convenio para las farmacias prestadoras", dijeron.
Reinoso mencionó que desde su sector plantean "desde hace bastante tiempo la participación en el convenio. Somos los prestadores de salud a los jubilados pero la sensación que tuvimos es que hay una voluntad de seguir el convenio con la industria. El mecanismo es que el PAMI le paga a la industria farmacéutica y después ellos nos pagan a nosotros. Ya nos ha pasado muchas veces que Regazzoni dice 'yo ya pagué' y el dinero no llega a las farmacias. La única manera es hacer un convenio como tenemos con el resto de la seguridad social, donde los mecanismos son más normales, donde participan las tres patas".
"Con esta situación, se lo dijimos, en 2017 no va a haber red de dispensa. Ya pasamos todo un 2016 de sobresaltos y no creemos que se pueda sostener más esta situación", añadió la presidenta de CoFa. Y aclaró: "La prestación no la va a tener no porque se trate de una medida de fuerza sino porque el farmacéutico no va a poder comprar los medicamentos".
Esta última crisis entre PAMI y las farmacias viene desde 2015, cuando la obra social de jubilados empezó a restringir los pagos. Así, los farmacéuticos pasaron a cobrar los medicamentos ya vendidos a afiliados en un lapso de hasta 120 días, contra los 45 días habituales. Sin embargo, el pago a sus proveedores, las droguerías, debían realizarlo puntualmente en un lapso de 10 a 20 días.
Por otra parte, en abril del año pasado el PAMI eliminó del vademecum 160 medicamentos que tenían una cobertura del 100% por considerar, de acuerdo a una evaluación médica, que no tenían eficacia. La polémica resolución afectó a 160 remedios que tenían cobertura total pero que, según el organismo, eran productos cosméticos en algunos casos y, en otros, combinaciones de drogas cuya interacción no produce el efecto deseado por el médico.
En diciembre, las farmacias suspendieron la atención a PAMI nuevamente tras denunciar que el Instituto no cumplió con sus compromisos de pago. Previo a las Fiestas, las entidades llegaron a un principio de acuerdo que estableció mantener el servicio activo hasta enero.
La prórroga del contrato entre el PAMI y el sector farmacéutico vence el 31 de enero y, hasta el momento, "no hay agendada ninguna reunión" para destrabar el conflicto. "Regazzoni plantea que tiene una situación económica con la cual no puede dar expectativas y que cualquier situación la tenemos que arreglar con la industria farmacéutica. Pero la cara con los jubilados la tenemos que poner nosotros", agregó Reinoso. "Siempre estamos abiertos al diálogo pero no llega una solución concreta", finalizó.
Fuente: Ámbito Financiero