La historia de Orlando Ibáñez se hizo noticia nacional. El creyente de la Virgen de Urkupiña viajó junto a su esposa a Bolivia para la festividad religiosa pero para su desgracia sufrió un ACV. Lejos de la empatía y la solidaridad, la familia Ibáñez vivió un calvario ya que los profesionales médicos le cobraban hasta el vaso de agua que tomaba Orlando mientras peleaba por su vida.
Por medio de las redes sociales, la hija del hombre contó que en algunos hospitales bolivianos no quisieron atender a su padre por el solo hecho de ser argentino. La noticia rápidamente se hizo viral, pero el caso, según el diario El Tribuno, sucedió hace cuatro años.
La historia cuenta que cuando sufrió el accidente cerebro-vascular, su hija llamó a emergencias para que enviaran una ambulancia, pero en cambio les mandaron un camión de bomberos.
Debido a la negación de atención en los hospitales y en medio del shock por el estado de salud del hombre, finalmente lo llevaron a una clínica privada: "Lo recibieron a mi papá y mientras a mi mamá le hicieron firmar un pagaré diciendo que tenían que pagar la internación y que lo iban a tener 12 horas. A mi papá lo pusieron en la terapia y, en total, gastamos $180 mil", relató entonces la mujer.
Por otro lado, la esposa de Ibañez, Nilda contó que les pedían más dinero para que continúe en la sala de terapia intensiva. Como ya no tenían más tuvieron que vender el auto y empezar rápidamente los trámites para regresar a Salta.
Una vez que lograron estabilizarlo pudieron regresar a la provincia en un vuelo sanitario. El hombre estuvo cerca de 3 meses internado hasta que pudo recuperarse.
Fuente: Qué Pasa Salta