El jefe y subjefe de la Subdelegación La Quiaca de la Policía Federal, oficiales Cristián Javier Bejarano y Milton Martín Cano, fueron condenados a la pena de 4 años y 8 meses de prisión como coautores del delito de contrabando de exportación, agravado por el número de intervinientes y por ser integrantes de una fuerza de seguridad, todo ello en grado de tentativa.
La condena fue dictada el pasado lunes 7 de marzo pasado a instancia del fiscal federal Federico Zurueta, titular del Área de Casos Complejos de la Unidad Fiscal de Jujuy, quien también logró que otros cuatro cómplices sean condenados por el mismo delito, aunque con penas menores.
Se trata de los hermanos Luis, Paul y Fabián Saiquita, condenados a cuatro años y tres meses de prisión, mientras que Eduardo Laime, quien hacía de chofer, recibió una pena de dos años de prisión en suspenso, por ser considerado partícipe necesario.
El juicio tuvo un primer fallo favorable para los acusados el año pasado, pero un recurso de la fiscalía revirtió las absoluciones ante la Cámara Federal de Casación Penal. En el caso intervino el Tribunal Oral Federal de Jujuy, integrado por Alejandra Cataldi (presidenta), Marta Snopek y Abel Fleming. Este último magistrado se incorporó en una segunda etapa del debate debido al fallecimiento del juez Mario Juárez Almaraz, quien era vocal titular de ese cuerpo.
El caso se inició a partir de la detención de Laime y los hermanos Saiquita, registrada el 22 de abril de 2020, alrededor de las 3 de la madrugada, cuando personal del Escuadrón 21 “La Quiaca”, de la Gendarmería Nacional, interceptó un camión cargado con mercadería que se dirigía a Bolivia con las luces apagadas. En septiembre, en tanto y a raíz del resultado del análisis de los teléfonos celulares secuestrados, se avanzó con la detención de los policías.
En el debate, el fiscal Zurueta resaltó que al momento del hecho estaban vigentes varias medias sanitarias dispuestas en el marco de la pandemia por el COVID-19, entre ellas el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio y el cierre de las fronteras con países vecinos.
La patrulla de gendarmes vigilaba la frontera en la puna jujeña cuando advirtió un camión que se dirigía a Bolivia. Ocurrió en el paraje Ojo de Agua, una zona que fue descripta por el representante del Ministerio Público Fiscal como paso obligado para acceder al vecino país.
Lo que más llamó la atención de los gendarmes, sin embargo, no fue sólo el camión Mercedes Benz 710, sino que, por delante y a modo de coche puntero, iba un móvil de la Subdelegación de La Quiaca de la Policía Federal, en el que viajaban los jefes principales de esa unidad y Fabián Saiquita.
Fuente: Ciudad de Orán