“Estamos en bolas”, exageró un dirigente de los más importantes de La Cámpora en los últimos días frente a su tropa, ansiosa frente al silencio de Cristina Kirchner y las ofertas electorales en danza.
Sobrevoló durante varios días en un sector del kirchnerismo la necesidad de que Máximo Kirchner y Sergio Massa volvieran de la República Popular China con un principio de acuerdo en torno a la estrategia electoral del Frente de Todos. No pasó, a pesar de que el jefe de La Cámpora y el ministro de Economía comparten la visión de unificar a la coalición detrás de una sola candidatura de cara a las PASO y que, llegado el caso, esa postura podría tener al ministro al tope de las preferencias. Pero no solo no se terminó de acordar, si no que el presidente del PJ bonaerense volvió a exhibir en su travesía asiática el nivel de tensión en la disputa que arrastra desde hace tiempo con Axel Kicillof: testigos de la comitiva china dejaron trascender que Kirchner llamó por teléfono al gobernador furioso por anunciar a Verónica Magario nuevamente como su compañera de fórmula. Dicen que la conversación fue en términos duros y que el tono de la charla se escuchó desde otro salón. Al jefe de La Cámpora no le molestó tanto que mencionara a la vicegobernadora, si no que Kicillof blanqueara su reelección cuando en realidad todos los escenarios electorales todavía están bajo análisis.
Esta semana, las oficinas del Senado de Cristina Kirchner fueron una romería. Según circuló, entre el lunes y el martes el ministro de Economía pasó por el despacho de la ex presidenta, una versión que fue desmentida por los voceros de la Cámara alta. Lo cierto es que la Vicepresidenta está bien al tanto de las presiones de Massa, que apenas aterrizó en Buenos Aires, el pasado domingo, lanzó a través de varios de los principales dirigentes del Frente Renovador una furiosa ofensiva en contra de la candidatura de Daniel Scioli. Es decir, de la Casa Rosada, y de Alberto Fernández. Advirtió, incluso, con una posible renuncia el mismo 24 de junio si no se impone su posición.
En ese contexto, La Cámpora aguarda, expectante. Máximo Kirchner opera entre las diferentes terminales de la coalición con excepción del presidente Alberto Fernández, con quien el vínculo está terminado. Sí habla casi a diario con Juan Manuel Olmos -también viajó a China-, aunque el vicejefe de Gabinete, muy movedizo, trabaja con una hoja de ruta bien distinta a la del jefe de Estado.
Eduardo “Wado” de Pedro sigue adelante con la estrategia de instalación de imagen -esta semana se adelantó con una pegatina masiva de afiches-, de su virtual precandidatura presidencial a la espera de la definición final de Cristina Kirchner.
Andrés Larroque, que un mes atrás se erigió como el vocero más entusiasta de la organización, dio su última entrevista una semana antes del acto de la ex mandataria, el jueves 25 de mayo. Está recluido, y contrariado, a la espera de indicaciones. “El Cuervo” todavía no se manifestó en favor del ministro del Interior: la relación entre ambos siempre transitó por caminos sinuosos. Mariano Recalde dedica parte del tiempo a las negociaciones porteñas que podrían desembocar en una lista de unidad en la oferta electoral del oficialismo en CABA. Mayra Mendoza trabaja para retener Quilmes, el único distrito de la agrupación en el conurbano bonaerense, frente a la posibilidad, incierta por ahora según los sondeos, de que Martiniano Molina, apodado “el cocinero” por propios y extraños, vuelva a la intendencia. Es solo un sector de la cúpula de la organización.
Fuente: Infobae
09/06/2023.
POLÍTICA
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Elecciones nacionales: La Cámpora cierra el armado electoral
Hay negociaciones contrarreloj en manos de Máximo Kirchner. La ofensiva contra Daniel Scioli y Alberto Fernández. Los actos simultáneos.