Es el primer paro de la gestión que arrancó el 10 de diciembre de 2015, y desde el poder Ejecutivo lo criticaron abiertamente ya que, según sus índices, la medida de fuerza llega cuando los indicadores que reclaman los sindicalistas empiezan a mejorar. Jorge Triaca, ministro de Trabajo y mayor interlocutor con el triunvirato de la CGT declaró esta semana que "se ha involucrado la política" en la relación entre ambos.
En ese contexto, Mauricio Macri reunió a su gabinete y los exhortó a que, desde su cartera correspondiente, se ocupen de que las personas que decidieron ir a trabajar y no parar tengan la posibilidad de llegar a su empleo sin problemas.
Es que si bien la CGT, organizadora del paro, comunicó que no habrá movilización, modus operandi habitual en este tipo de situaciones, las fuerzas de izquierda tienen programadas cortes en los accesos a la Capital Federal para contrarrestar la decisión de los líderes del movimiento sindical.
Las mismas fuerzas de izquierda que casi obligaron al triunvirato a poner fecha para la medida intentarán copar las calles de Buenos Aires.
Alentado por el apoyo recibido en la manifestación del sábado, Macri y su equipo, comandado por los gobernadores de Buenos Aires, María Eugenia Vidal y la Capital, Horacio Rodríguez Larreta, intentarán que las calles estén libres para que los taxis, que luego de la amenaza de Viviani confirmaron que trabajarán puedan circular y serán el único medio de transporte público, después de que la UTA acatara completamente el paro.
Fuente: Perfil.com