De los casi 1400 casos de cáncer infantojuvenil que se detectan anualmente en Argentina, se estima que entre 60 y 70 pacientes pertenecen a Salta. En la provincia, el centro de referencia para el análisis, detección y tratamiento de estas patologías es el Hospital Materno Infantil, donde se brinda atención a niños de hasta 15 años que tengan un diagnóstico oncológico.
Es un enorme equipo de trabajo que nuclea el área de oncología pediátrica es el que permite que este nosocomio se mantenga como punto de referencia para su atención. Entre ellos hay médicos clínicos, oncólogos, nutricionistas, psicólogos, personal de limpieza y la gran familia de enfermería quienes día a día renuevan su compromiso y vocación para acompañar a los niños que cursan la enfermedad y a sus familias.
“Somos un gran equipo sanitario con el mismo objetivo: curar, restablecer la salud del paciente”, indicó con una gran sonrisa Carmen Mamaní, quien trabajó gran parte de su vida en el área de oncología pediátrica del hospital.
“El equipo está formado no solo por el equipo sanitario sino también por la familia, soporte principal del paciente y por el mismo niño que participa activamente en el tratamiento para el restablecimiento de su salud”.
Dentro de lo que significa transitar el camino de tratamientos y medicaciones que implica cada caso, Carmen resaltó que los trabajos van más allá de lo técnico y práctico, creando un lazo entre el paciente y el profesional: “Trabajamos de manera integral porque no es solo aplicar técnicas y procedimientos sino también interactuar, brindar una contención emocional y psicológica. Estar al lado de ellos, en los momentos lindos, en los momentos feos. A veces el silencio da mucho, no siempre tenemos una palabra, estar al lado de ellos. En esos momentos está enfermería junto a ellos, padres y niños”.
“Un homenaje por las que ya no están”
El Hospital Materno Infantil fue uno de los más golpeados por la pandemia de coronavirus durante el 2020. En sus puertas, una placa recordó a enfermeros y médicos que se mantuvieron prestando servicio hasta el final. En ellos piensa Carmen e invita a homenajear su memoria.
“Esta semana dedicaría un homenaje a los niños que están pasando por esto, que transitan un camino sinuoso. Luego a sus padres, que están detrás de ellos. Dentro del hospital, pienso en la gente de enfermería y en las compañeras que se fueron”, confesó entre lágrimas Carmen.
“La fortaleza está en la vocación que tenemos como enfermeros. Todos los días tenemos que renovar esas fuerzas porque a veces nos tocan situaciones de las que nos tenemos que reponer para seguir atendiendo al paciente. No podemos decaer”
Para finalizar, Carmen insistió en que el 15 de febrero debe servir para agradecer y empezar a concientizar a la población sobre signos y síntomas: “Para una consulta que sea oportuna, para un diagnostico que sea temprano: con esas dos variables se puede tener un pronóstico mejor”, concluyó.
